Como casi todo en la vida, la forma en la que se toma es café es mejor o peor según a quién le preguntes. Sobre gustos no hay nada escrito, tampoco cuando nos referimos a cómo servir el café, pero sí que podemos mostrar los pros y las contras de tomarlo en vaso o en taza. ¿Crees que desde nuestra academia de baristas zanjaremos la cuestión? Sigue leyendo para conocer la respuesta.
La tradición manda
Una de las principales razones por las que unos prefieren el café en taza y otros en vaso es muy sencilla: porque siempre lo han hecho así. Si te paras a pensarlo, ¿cómo has visto a tus padres, abuelos y tíos tomar el café desde que los recuerdas alargando las sobremesas? Seguramente la forma en la que lo hace tu familia y amigos ha influido en cómo lo haces tú, aunque probablemente no seas consciente de ello. Y aquí, claro está, no hay opción mejor ni peor, las dos son correctas. Además, es posible que extendamos nuestra costumbre fuera del hogar e, incluso cuando pedimos un café en una cafetería nos aseguremos de que nos lo ponen en un vaso en lugar de en una taza. ¿Alguna vez lo has hecho?
El momento del día
Otro de los motivos que harán que elijamos una opción u otra viene marcado por el momento del día en el que nos tomamos el café. Cuando desayunamos es muy probable que prefiramos el café en taza, por comodidad o incluso porque puede tener un tamaño mayor que el vaso. Incluso puede que tomemos el café en tazón. A media tarde o después de comer, puede que prefiramos el café en vaso, precisamente porque asociamos las tazas al desayuno. ¿Te identificas con estos ejemplos?
La apariencia del café
Un factor importante a la hora de hacer nuestra elección: la estética que queremos conseguir. En el caso de que sirvamos nuestro café a clientes o a nuestros seres queridos cuando visitan nuestro hogar, puede que queramos utilizar un vaso con un diseño original que llame la atención. Además, debemos mencionar que el cristal, además de estar de moda incluso en tazas, nos permite mostrar las diferentes capas y texturas del café que servimos. Por ejemplo, en un espresso deja ver la elegancia de su crema color avellana. Y si se trata de un capuccino, podremos ver las diferentes densidades del café y la leche formando las capas con sus diferentes tonalidades, dándole una dimensión visual a la experiencia de tomar esta deliciosa bebida.
El aspecto técnico
Por último, pero no por ello menos importante, debemos tener en cuenta el aspecto más técnico. El cristal es un material que no conserva muy bien la temperatura del café, por lo que la bebida se enfriará mucho más rápido y la crema se disipará con más rapidez. Sin embargo, puede ser una buena elección para los cafés helados y, de hecho, es muy común verlos servidos en vasos o incluso copas de este material.
La taza, comúnmente fabricada en porcelana, es más gruesa, lo que garantiza que la bebida estará caliente por más tiempo. En el caso del espresso, esto aportará menos tensión en la superficie de la crema, que permanecerá más tiempo en la taza, preservando así las características organolépticas del café. Si es un café con leche, la taza normalmente tiene un borde más fino, lo que ayuda a que la crema de la leche se mezcle mejor con la crema del café. Esto genera un contraste que nos posibilita la creación de diferentes diseños llamados Latte Art.
Ahora que ya te hemos contado los posibles motivos que te pueden ayudar a tomar la decisión de elegir entre servir el café en taza o en vaso, ha llegado tu turno. ¿Cómo te gusta más servirlo a ti? Cuéntanoslo en los comentarios.