Nacen, ofrecen platos gourmet para el deleite de los más ‘foodies’ y, al poco tiempo, desaparecen. Así son los restaurantes pop-up, experiencias culinarias fugaces que buscan sorprender a los paladares más exquisitos en ubicaciones de lo más dispares: desde el salón de un hotel hasta una galería de arte o, incluso, enclaves en las alturas con unas vistas espectaculares.
Lo efímero es tendencia. En las redes sociales, en la moda textil y, ahora, también en la gastronomía. Su éxito se explica por el atractivo de la exclusividad, por esa sensación que se experimenta cuando uno es consciente de que solamente podrá saborear el menú propuesto por un tiempo limitado.
A la transitoriedad se une además el encanto que despierta lo clandestino. En muchas ocasiones, estos viajes culinarios están rodeados de misterio hasta el último momento y hay que estar muy atentos a sus redes sociales para no perderse la oportunidad: los ‘billetes’ son escasos.
Así, los restaurantes pop-up buscan romper con lo convencional. Pretenden ir mucho más allá de la costumbre de visitar aquellos locales de siempre que presentan la misma carta desde hace años sin la más mínima variación. Intentan que la visita se convierta en una experiencia en la que entran en juego todos los sentidos: el gusto y la textura de unos platos únicos, la vista de un escenario tan original como acogedor, el sonido de la música ligera que completa el ambiente y el olor de lo exclusivo y excitante.
¿Por qué puede interesarte apostar por el formato pop-up?
¿Te seduce la idea de lanzarte a la aventura pop-up? ¿Puede ayudarte el formato efímero a revitalizar tu negocio hostelero? Estas iniciativas pueden tener grandes ventajas en determinadas situaciones.
- La inversión necesaria es menor que en el caso de un local tradicional. Si tienes pensado desembarcar en el sector de la hostelería, la opción pop-up puede ser un buen comienzo, ya que los esfuerzos económicos necesarios para poner en marcha el negocio son inferiores a los que exige un local permanente.
- Es una forma de minimizar los riesgos cuando te plantees grandes cambios para reimpulsar tu restaurante. ¿Estás pensando en un giro de concepto para tu local? La brevedad del pop-up ayuda a minimizar los riesgos a la hora de apostar por una nueva idea. Una propuesta con fecha de caducidad próxima es una forma excelente de comprobar si aquello que tienes en tu mente para revivir tu negocio tendrá éxito o, por el contrario, se trata de un concepto que suena muy bien en tu cabeza, pero no acabará de aterrizar con éxito.
- Sirve como gancho para clientes e inversores. Las iniciativas originales y efímeras siempre dan que hablar y dar que hablar es la mejor estrategia de marketing para un local. ¿Y si te decides por una propuesta fugaz en un escenario deslumbrante para captar inversores y clientela para tu restaurante principal?
- Se pueden cerrar rápida y fácilmente. Como en toda aventura empresarial, puede que la apuesta salga mal. En ese caso, hay que pensar que la idea ya tenía desde un principio fecha de fin, por lo que la caída no será tan estrepitosa como puede serlo en un restaurante con vistas a largo plazo.
Pero que el negocio sea temporal no quiere decir que sea sencillo y que todo vaya ser un camino despejado y sin obstáculos. El formato efímero también tienen sus inconvenientes, por ejemplo, va a ser muy difícil conseguir clientela fiel y asidua y, por tanto, unos ingresos más o menos estables.
Estudia los pros y contras que pueden tener las experiencias efímeras para tu negocio y, si crees que puede funcionar… ¡Lánzate a la aventura pop-up!